Robinson Calvo Luque, locutor con más de 40 años madrugando con el pueblo pueblo
Íconos de la radio barranquillera: Su programa Rancheras y Vallenatos es escuchado en muchos rincones de la Región Caribe.
Desde los inicios de la década de los 70 del siglo anterior está en contacto con la gente sencilla, trabajadora, madrugadora, a través del espacio Rancheras y Vallenatos, que se difunde por los 50 kilowatios de Radio Libertad, a partir de las 12 de la noche y hasta el amanecer, en el que atiende, complace, orienta, informa y divierte a los agricultores, a los hacendados, a vendedores y negociantes de las plazas de mercado, a celadores, choferes, taxistas, tenderos, vigilantes, boliteros, coteros, policias, en fin a la masa popular de la Región Caribe Continental y hasta a la del interior de Colombia.
Robinson Gilberto Calvo Luque, su nombre completo, nació en Candelaria, Departamento del Atlántico, en junio 14 de 1934, de la unión matrimonial de José del Pilar Calvo Porras y Pabla Petrona Luque Coronado. Es el quinto de los siete hijos que tuvo esta pareja de cónyuges de origen campesino.
Graciosamente apunta que el día de su nacimiento todos los gallos del pueblo cantaron al unísono para darle la bienvenida a este mundo a quien, posteriormente, se convirtiera en locutor de montes y veredas, porque su voz llega a los más apartados rincones de nuestra geografía.
Primaria y parte de la secundaria las cursó en su pueblo natal; luego fue enviado a Bogotá a concluir el bachillerato, lo que no se cumplió porque la radio lo absorbió totalmente y, desde luego, abandonó los estudios.
En la capital comenzó en Emisora Mariana, de la comunidad agustina donde se iniciaban los locutores en Bogotá, en 1960, al cumplir los 18 años de edad.
Después trabajó en la Voz de la Victor, en Radio Tricolor y en Radio Calidad, de propiedad de Paco Ujueta, un ex militar bogotano que odiaba a los locutores cabellones, con barbitas de chivo, con vestidos ajados y calzados sin lustrar.
Luego le surge una oferta por fuera de Colombia para laborar en Quito (Ecuador) en Radio Tarqui, matriz del circuito Tarqui-Espejo; ahí cumple exitosa temporada. La aventura radial internacional de Calvo Luque incluye su llegada a Bolivia; aterriza en la Voz de Bolivia, en la Paz, aunque por corto tiempo; entonces decide regresar a Bogotá, su base, y se vincula a estaciones de Pereira, Medellin, Cali, Chiquinquirá, Bucaramanga, Tunja, donde fue nombrado director artístico de Radio Única. En dicha estación nuestro invitado vive una situación anecdótica: conoce a un joven acordeonero y cantante, que estudiaba en la capital boyacense, llamado Emilianito Zuleta, quien tenía un conjunto musical de vallenatos que animaba parrandas estudiantiles, sin ánimo económico.
Poncho era el guacharaquero, Emilianito y yo, los cantantes… yo ponía la voz, pero también ponía el ron, era el único del grupo que trabajaba, añade el candelariero.
Volvemos al punto de partida : inicios de la década de los 70 de la centuria anterior.
Calvo Luque es trasladado a Barranquilla desde Caracol – Bogotá, y reparte su voz en las frecuencias de Radio Tropical (emisora básica) y sus filiales Radio Reloj y Radio 15 (onda juvenil) en la que realiza un singular programa nombrado Discoteca Automática, con complacencia musical al instante.
Más adelante presta sus servicios a Emisoras A.B.C., con programación de música juvenil (afiliada a Todelar) por entonces con un lema peculiar: En A.B.C. solo estrellas, no se sabe si referente a los cantantes y grupos musicales programados allí o a sus locutores entre ellos Rosalba Goenaga Barcasnegras, Nelly Romero Sosa, Elsa Carrillo Ojeda, Rafael Araújo Gámez, Álvaro Castellanos Pinzón (+), César Buzón Rodriguez, José Joaquín Rincon Cháez, Arturo Bechara (+) y Jairo Paba Salcedo (+), que hacía sus pinitos todos los domingos.
A comienzos de 1971 es llamado a Radio Libertad por orden directa de don Roberto Esper.
¿Yo, en Radio Libertad? se preguntó entre alegre y sorprendido al ser escogido para vincularse a la emisora de más potencia y mejor frecuencia de Colombia en aquel tiempo: 50 kilovatios y 600 kilohertzs de cobertura.
Preocupado por la baja sintonía de la noche y madrugada, Robertico (así llamado familiarmente a don Roberto), promueve reunión para analizar la situación y buscar solución a la misma. Es cuando Calvo Luque propone el programa Rancheras y Vallenatos, matizados con sendos ritmos musicales y con saludos a los radioyentes.
“Esta bien mijo… hazlo pero desde las 12 de la noche y hasta comenzar el Diario Hablado” (5:45 a.m.) ordenó el dueño de Radio Libertad.
Y en esa tónica, dice Calvo he permanecido casi cinco décadas en familiaridad con la audiencia, escuchando sus quejas, propósitos, inquietudes y yo le he correspondido con la música de su agrado, noticias, saludos, chistes y amistad.
Muchas han sido las anécdotas vividas en este tiempo, indica el invitado pero, dice, puedo destacar dos:
La del poderoso septuagenario hacendado cordobés enamorado de una jovencita de su pueblo, a lo que se oponía sus progenitores y decidieron aislarla de ese señor, envíandola al internado de un lugar asentado en Cundinamarca y que el ganadero ignoraba. Desesperado, una madrugada acudió a Calvo Luque: vea compae Robinson yo le pago lo que usted me cobre, pero salúdame a la señorita tal donde se encuentre y le dice que (nombre del enamorado) desea conocer su paradero y le dedica a mi nombre el vallenato Vórtice de Amor… vea maestro, yo no cobro ni estoy autorizado para hacer este servicio social, pero cuente con ello. Bastó con que el locutor transmite lo solicitado para que la joven le escribiera, entregando detalle de su paradero, después conocido por el añoso galán, quien agradecido, y ante la negativa de cobro por parte del comunicador radial, de manera espontánea le dejó en la recepción de la emisora tres racimos de plátano verde y cuarto trasero de novillo, que Calvo tampoco aceptó y fue repartido entre personas que merodeaban los alrededores.
El otro apunte anecdótico alude a un mensaje social sui generis que leyó una madrugada en vísperas de la Semana Mayor.
“Se avisa a José Congote (nombre ficticio) allá en Media Canoa, departamento del Magdalena, que los esperamos en Semana Santa…traer hicoteas y demás familiares (¡¡¡)".
Personajes de la vida nacional escuchan y admiran a Robinson Calvo Luque. El abogado y locutor sincelejano Carlos Ruiz Pacheco, quien fue adlátere del fino humorista político social, también jurista, Humberto Martinez Salcedo, libretista, productor y director de El Corcho, que se difundió R.C.N. Radio en la década del 70 del pasado siglo, en una ocasión fue sorprendido por Martínez Salcedo, padre del actual Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez Neira, con esta referencia: "Cualquier dia hablando con Humberto Martínez Salcedo sobre la radio en Colombia, como casi todos los días antes de grabar El Corcho, programa que a la sazón se hacía en R.C.N., me dijo, palabras más palabras menos, que si conocía a Robinson Calvo. Le respondí que no. Carajo, yo estoy que voy a Barranquilla a conocer a ese genio. Qué programa el que hace ese hombre. Me despierto todas las madrugadas para escucharlo. Dice vainas que le debe interesar a mucha gente y a otros les debe importar un bledo lo que dice… que ya hierve la yuca, el ñame, pide al aire un servicio de tinto, todos los del mercado son sus compadres y comadres. La verdad es que me divierto demasiado con ese genio. Qué verraco".
Otra faceta de este hombre de radio es la composición y producción musical. Debido a una tendencia natural suya de apoyar a los músicos y cantantes, cultores de nuestro folclor que no tienen posibilidad de promocionar y pregonar sus obras debido a las restricciones y condiciones que imponen muchas emisoras musicales, Calvo Luque se las impulsa gratuitamente, de ahí que los llamados conjuntos o grupos proletos (de proletarios), que ven en él su amigo y protector.
Ha compuesto y le han grabado más de 200 inspiraciones entre vallenatos, rancheras, cumbias, boleros, salsa, porros y hasta alabanzas cristianas, conjuntos sin renombre y vocalistas populares como Alvaro Orozco (el cieguito maravilloso), Osvaldo “el aparato” Rojano, William López (el guajiro enamorado), José Carranza, Osvaldo De la Hoz, Joaquín Sánchez (el fotógrafo cantor), y Poncho Olmedo entre otros.
Creador del ritmo vaya vaya, cada mes, de manera puntual recibe las regalías de Sayco y Acinpro que lo acogieron como socio distinguido.
En su vida personal Robinson Calvo Luque está felizmente casado con Nuri Esther Cohen Cohen de Calvo; son progenitores de Claudia Patricia, comunicadora social de la Universidad Autónoma del Caribe (madre de Jhonatan David Conde Calvo) y de Robinson Rafael, químico farmacéutico de la Universidad del Atlántico (padre de Maria Claudia y Robinson Manuel Calvo Polo).
Todos los dias le pido a Dios me de fuerza y ánimo para trabajar cinco, diez o más años, dice nuestro personaje de hoy, quien tiene sus propias frases meditadas durante todo este tiempo de actividad.
“Yo soy el mensajero número uno de la Telecom del pueblo, como es Radio Libertad”.
“No envidio a nadie y no creo que alguien me envidie”
“Cuando estuve en Bolivia no me golpeó el frío; por el contrario el frío se “calentó” conmigo”
“Antes de trabajar en Barranquilla, lo hice en muchas emisoras del interior por lo que fui llamado “el trotamundos de la radio cachaca”.
“Yo soy del campo, orgullosamente… hablo en idioma criollo como le gusta a la gente del pueblo”
“Yo ayudo al pequeño artista, a aquel a quien no dan cabida en otras emisoras porque no tienen para pagar”
“Estoy metido en el pueblo hace años…rancheras y vallenatos es el número uno entre la gente provinciana”
Es la semblanza de Robinson Calvo Luque, locutor auténtico, verdadero ícono de la radio barranquillera.
Eduardo Rey Hernandez-Vega
edwardking61@hotmail.com